martes, noviembre 14, 2006

La fiesta de Halloween

La verdad es que no acostumbro a celebrar Halloween. Es una fiesta más Estadounidense que otra cosa y no le veo mucho sentido. Pero aquí en Alemania la gente lo prepara en grande con calabazas en las puertas de las casas, escobas, brujas… Bueno, el caso es que íbamos a una fiesta de Halloween y se te plantea el típico dilema: ¿De qué me disfrazo? Lógicamente toda la gente elige disfraces diabólicos, de fantasmas, vampiros… pero yo estaba un poco harta de esa publicidad que dice que si eres bueno no te lo pasas bien y que tienes que ser malo para disfrutar de la vida. Así que decidí ir contracorriente (como no) y me disfracé de ángel. Me costó horrores hacer las alas, las hice yo misma con una especie de cartulina blanca, un alambre de metal para darle consistencia y plumas de verdad. También me hice una aureola con un aro de metal forrado de una tira de tela blanca de adornos. El resultado fue estupendo. ¡Todo el mundo quería tocarme las alas! Sezen se disfrazó conmigo también, aunque el disfraz se lo hice yo, y aquí nos tenéis a las dos. Nuestro disfraz fue el más logrado de toda la fiesta y el que más llamó la atención. Y que se fastidien los que creen que los malvados ganan siempre…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola guapa! Por fin te puedo dejar comentarios... de angel eh... a quien pretendes engañar ;).

Un beso enooooooooooooooooodme! :D

Dom Seraphim dijo...

Es que hay mucho engañado por ahí. Entre los que me cuento.