lunes, enero 22, 2007
Cena con mis compañeros de piso
Los alemanes son lentos en hacer amistades, pero una vez que ya te consideran amigo, su fidelidad es muy fuerte y son amigos de verdad. Así que intento hacerme amiga de mis compañeros de piso. Al principio de llegar yo tuvimos lagunos roces por la falta de comunicación que por supuesto ya están arreglados.
Uno de mis compañeros de piso, Peter (el único austriaco, los demás son alemanes) parece ser que fue a España (Valencia) de vacaciones y se quedó enamorado de la cocina española. Cada vez que he cocindo algo para una fiesta, una tortilla de patatas o un bizcocho, él asomaba la cabeza y olía el aire. Pero antes de venirme, ya fue el colmo. Estaba harta de tanta comilona y me hice un tomate a la plancha con champiñones salteados a la salsa verde (lo más sencillo del mundo). Bueno, pues sale de su cuarto, me ve con el plato en la mano y dice: "delicious!". Yo ya no sabía so reirme o qué, así que le dije que al volver de vacaciones les haría a todos una degustación de comida española.
Esa degustación fue la semana pasada. Preparé una tortilla de patatas, un pastel murciano (que se me chamuscón un poco pero a pesar de ello se lo comieron sin rechistar como si fuera lo más bueno del mundo) y una paella (Mama, gracias por la receta). Todo ello regado con dos botellas de vino Freixenet rosado que llega a Alemania (lo he comprado aquí pero yo no sabía ni que eso existía). Luego las botellas se acabaron, pero julia trajo más vino (italiano) de su cuarto y al final la cena fue muy distendida, gracias también a la agradable compañía de mi amiga Cecilia que tuvo a bien venir a ayudarme.
No hice fotos, estaba muy ocupada y muy cansada después de cocinar para seis personas, pero ahí queda la historia.
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